miércoles, 21 de mayo de 2014

DIME Y LO OLVIDO, ENSEÑAME Y LO RECUERDO , INVOLUCRAME Y LO APRENDO

Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo.
                                                                                             Benjamin Franklin

Esta fue una de las frases célebres de uno de los fundadores de lo que conocemos hoy como Estados Unidos. A lo largo del tiempo nos hemos dado cuenta de que la mejor forma de enseñar es conquistando las emociones de nuestros alumnos. Hace unos años empezó el estudio de cómo afectaban las emociones a la hora de transmitir conocimiento hacia otros/as, y actualmente los estudios en educación se centran en llegar hasta los sentimientos de los estudiantes. Como bien dijo Benjamin Franklin, si me involucras, aprendo. Ese es el objetivo, y ese es nuestro objetivo: conseguir que el alumno forme parte de nuestro conocimiento tocando la fibra más sensible, que no es otro que el corazón.

Durante una clase se pueden realizar muchas y diversas actividades, juegos, canciones, ejercicios, entrenamientos, etc. Como vemos, hay mil posibilidades de enseñar pero siempre debemos buscar ese punto de conexión con nuestros alumnos que haga que se accione un botón en su mente y realmente aprendan. ¿Cuántas veces hemos ‘aprendido’ algo y lo hemos olvidado posteriormente? Los ejemplos son innumerables: exámenes en los que una vez realizada la prueba olvidamos todo lo que hemos ‘estudiado’, entre comillas, sí, porque eso no es ‘estudiar’, es memorizar. Para mí, estudiar implica retener el conocimiento. Más fácil, ¿cuántos libros hemos leído y de forma instantánea olvidamos su contenido? Simple, los leímos, nos gustaron o no y fuera. No nos involucraron lo suficiente como para quedarnos con la trama y sus personajes. Pero siempre podremos recordar ese lugar fantástico donde nos transportaba ese libro que tanto nos gustó, y siempre nos sentiremos como si hubiésemos sido protagonistas de él.

Esa es la filosofía que nosotros utilizamos a la hora de enseñar. Porque no enseñamos, involucramos, y hacemos que el/la niño/a, y también los padres y madres, formen parte del aprendizaje. Enseñamos con pasión e interés, ahí residen nuestros mayores logros. Con interés y las herramientas apropiadas se obtiene no solo motivar, emocionar, ilusionar, sino que conseguimos que el/la niño/a disfrute, se involucre y adquiera el conocimiento.

A seguir emocionando, ¡que continúe el espectáculo!


                                                                                                                   Miriam Navarro, profe de Happy Sport.

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